Una breve aproximación al componente de Inteligencia de las Operaciones de Paz de Naciones Unidas

Desde el despliegue de la primera misión en mayo de 1948 (ONUVT-UNTSO), las operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas (OMPs) han ido adquiriendo un rol cada vez más destacado en la prevención y gestión de crisis internacionales, así como en las labores de reconstrucción e institucionalización en los contextos post-conflicto.

Hasta el punto de que, hoy en día, tales intervenciones se consideran indispensables para cumplir con uno de los propósitos esenciales de la Carta de San Francisco: “preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra”. A partir de esta mirada genérica, el presente ensayo se concreta en el examen del componente de inteligencia en las misiones de paz —peacekeeping intelligence  (PKI)—, habida cuenta de su importancia actual y su incuestionable presencia en el proceso de toma de decisiones en el nivel estratégico, táctico y operacional.

 

Elementos cuantitativos y cualitativos de las operaciones de paz

El mapa presente de las OMPs se compone de un total de 16 misiones repartidas por todo el mundo. El continente africano alberga la mayoría de estas (9), siendo además la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Centroafricana (MINUSCA) la de más reciente establecimiento. Todo ello es posible gracias a un presupuesto que ronda los 7.000 millones de dólares (junio 2014 – julio 2015), al compromiso de los 122 países que contribuyen con el envío de policías y militares (Esp